CONTADOR DE VISITAS

viernes, 22 de julio de 2011

Tras muchos engaños y mentiras aprendí a desconfiar. Después de muchas puñaladas asimilé que los amigos no son para siempre. Tras una infidelidad decidí no volver a enamorarme. Después de las críticas e insultos llegué a la conclusión de que la estupidez no tiene cura.

Durante mucho tiempo soporté mil cosas: Mi corazón se agujereó muchas veces, derramó lágrimas ensangrentadas, enfermó y dejó de palpitar; pero el tiempo cura incluso las heridas más profundas.

No hay comentarios: