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domingo, 11 de diciembre de 2011

Y es que al final, la historia no termina como en las películas, tampoco como en algunas novelas románticas. El amor o nos destruye lentamente, o directamente se termina; pero no existe el término medio. Quizá porque no entiende de razones. Y nuestros sueños se rompen en mil pedazos, dejando caer las ilusiones, permitiendo escapar a la esperanza.

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